domingo, 2 de noviembre de 2008

Tengo fe en lo que quiero, y lo quiero AHORAAAA!!!!

Según la Biblia, fe es... bueno esa es una larga historia.

El significado bíblico de la fe tiene que ser estudiado desde tres puntos de vista diferentes:
1. La fe como un acto de creer.
2. La fe como la sustancia de lo que creemos.
3. La fe como fidelidad.


El término usado en el Antiguo Testamento es ‘emukah, y sus acepciones son fidelidad, lealtad, honestidad, estabilidad y firmeza. En el griego, la palabra es pistis y su significado habla de lo que se puede creer, un estado de certeza, confiar, creer al punto de tener una total confianza, un voto de fidelidad o promesa. El diccionario de Strong define pistis como persuasión o credibilidad; convicción moral de una verdad religiosa, o de la veracidad de Dios o de un maestro religioso, especialmente dependencia en Cristo para salvación; de manera abstracta constancia en tal profesión; la verdad en sí misma, seguridad, creencia, fidelidad.

LA FE COMO UN ACTO DE CREER
Comencemos con lo que nos dicen comúnmente que es la fe. Hemos aprendido que fe simplemente es creer que podemos recibir cualquier cosa si tenemos certeza de eso. Es un asunto de visualizar algo en la mente, tener una actitud positiva de que va a convertirse en realidad, comenzar a decirlo en voz alta y no perder las esperanzas ni la buena actitud. Algunos afirman incluso que debemos crear un tipo de “embarazo” en nuestra mente, concebimos una idea, la gestamos, y pronto nacerá. Pero para que “crezca saludable” debemos decir y sentir que se trata de una realidad, aunque no lo sea. En realidad, es imposible cerrar los ojos ante la realidad que algo de verdad haya en esto y que haya una esfera de fe que sí tiene que ver con creer en algo que se anhela. Tenemos pasajes ineludibles que hablan de esto, por ejemplo:

En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar", y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas.
Marcos 11:23-24

O su paralelo en Mateo:

Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera: mas si á este monte dijereis: Quítate y échate en la mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
Mateo 21:21-22

Jamás podemos negar que a través de la fe podemos tener poder pero no es para utilizarlo de mala forma, es decir, para nuestros caprichos egoístas o deseos mundanos. Dios no nos ha dado la fe para nuestra conveniencia, sino para su propia conveniencia, para sus propósitos, porque a la final todo es para Él, absolutamente todo. Por supuesto que el Señor nos escucha y concede nuestros anhelos, pero, ¿cómo podemos tener fe en que algo va a suceder, si no tenemos fe en Dios primero? La fe no es simplemente un proceso en el cual primero deseo algo, después lo pido, lo declaro y lo tengo. Se habla mucho de que si confesamos con la boca, que si pedimos con fe, si pedimos creyendo, nos será dado. Sin embargo, tanto en este tema como en cualquier otro, siempre debemos ver las dos caras de la moneda para poder mantener el equilibrio. El creer en una cosa y recibirla por fe es algo que Dios nos regala, pero no debemos descuidar nuestra obligación para con Dios. Debemos entender cuál es el verdadero propósito por el cual Dios nos da fe. En primer lugar, eso de pedir y recibir, viene con una condición:

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
Juan 15:7

Para estar en la posición de recibir todo lo que queremos, primero debemos permanecer en Cristo y que sus palabras permanezcan en nosotros. Esto quiere decir que tenemos que tener una relación íntima de OBEDIENCIA con el Señor. No se trata simplemente de pedir antojos y ya. Otro pasaje nos muestra otra de las condiciones de esta esfera de la fe:

Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.
1 Juan 5:14-15
Lo que pedimos, entonces, debe estar sujeto a la voluntad de Dios. Nuevamente, Dios no es el padre que malcría cediendo ante nuestros berrinches. Él nos dará todo lo que pedimos siempre y cuando esto vaya con Sus propósitos. Lo interesante es que cuando permanecemos en Él y Sus palabras permanecen en nosotros, como veíamos en Juan 15, entonces nuestros deseos provienen del corazón mismo de Dios y Él se complace en darnos lo que nuestro corazón anhela.

Jamás podemos pensar que nuestra fe puede ir más allá de la voluntad de Dios
. Es precisamente cuando queremos hacer uso de la fe para lograr las cosas a nuestro antojo, que perdemos la fe en Dios, nos alejamos de Él y nos desviamos de sus caminos. Comenzamos a verlo como “el genio de la lámpara”, en lugar de verlo como al Soberano al que debemos sujetar nuestra voluntad.
Cuando lo que pedimos no va de acuerdo con los planes de Dios para nuestra vida, los resultados son distintos:

Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.
Santiago 4:2-3

Si tenemos fe en Dios, vamos a saber cómo usar el poder que nos da esa fe. Los que no tienen fe suelen decir “me voy a sanar, me voy a sanar”, pero no hay fruto en sus vidas, no hay testimonio, no hay un reflejo de obediencia a la Palabra de Dios. Por eso dice Santiago que pedimos mal o decimos tener fe en cosas que no nos convienen. Cuando ponemos nuestra fe en las cosas, en querer, en desear, en anhelar, es porque está fallando nuestra fe en Dios, nuestra confianza en Él. Dejamos de descansar en Él en cualquier circunstancia. Últimamente se ha degenerado la palabra fe, puesto que hemos limitado su significado a creer únicamente de manera intelectual, pero Santiago es claro cuando se refiere a las personas que utilizan o que dan ese significado a la palabra fe. Dice Santiago que esta fe es muerta. Además, el autor bíblico va más allá al afirmar que también los demonios creen y tiemblan. A los demonios no les falta esa fe intelectual, por lo que no debemos conformarnos con eso.

LA FE COMO SUSTANCIA DE LO QUE CREEMOS

También tenemos la segunda esfera de la fe, es decir, la sustancia. La Biblia se refiere con frecuencia a la fe como aquello que es creído. Esta es una distinción muchas veces obviada. Veamos algunos ejemplos:

Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.
Judas 3

Aquí “la fe que ha sido una vez dada a los santos” es un cuerpo de doctrina y no un acto de la mente o el corazón. Algo similar observamos en el siguiente texto:

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
1 Juan 5:4

Aquí se habla de lo que creemos y no meramente del acto de creer. En este caso tenemos un cuerpo de doctrina, pero más que eso, se trata de una Persona cuya fidelidad es la misma sustancia de la doctrina. Otro caso del uso objetivo es el siguiente:

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12:2

Aquí la fe significa lo que creemos en cuanto a Jesús. En este sentido, el capítulo 11 de Hebreos es muy significativo. En el primer versículo encontramos un significado de fe que el Señor mismo nos dejó:

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1

Esa es la traducción tradicional, pero cuando vamos al idioma original, vemos que la palabra “certeza” tiene el sentido de “naturaleza, esencia, esperanza, confianza, sustancia”. El término “convicción”, en cambio, implica “evidencia para, prueba”. Por esa razón, Reina Valera 1909 lo traduce de una manera más apegada a la intención del idioma griego:

Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
Hebreos 11:1

Al respecto, Oliver Buswell dice lo siguiente: “Pero si la fe bajo discusión aquí es el acto subjetivo de creer, ¿qué tenemos sino el hipersubjetivismo de la autollamada «ciencia cristiana»? ¿Acaso el escritor inspirado nos quería dar a entender que nuestra fe subjetiva en verdad es la sustancia de lo que esperábamos y la evidencia de lo que no vemos? Esto sería una idea contradicha por decenas de pasajes bíblicos. La fe bajo discusión aquí no es subjetiva sino objetiva. Lea este pasaje, y el capítulo entero, usando la definición, «lo que creemos en cuanto a Cristo» cuando ocurre la palabra «fe». «Lo que creemos en cuanto a Cristo es la sustancia de las cosas que esperamos, la evidencia de las cosas que no hemos visto». ¡Cuán sencillo y claro es! El sistema de verdad al cual seguimos, la verdad que tiene su centro en nuestro Señor Jesucristo, es la sustancia y la evidencia para todas las promesas bondadosas de Dios en cuanto a las cosas invisibles que se realizarán escatológicamente en la vida futura”.

LA FE COMO FIDELIDAD

Como vimos anteriormente, tanto en el hebreo como el griego, la palabra que se traduce “fe”, también significa “fidelidad”. Según el diccionario de la Real Academia Española, fidelidad es:
1.
f. Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona.

2.
f. Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo.


Hebreos 11
siempre será uno de los mejores textos para hablar sobre la fe. Vemos que grandes personajes bíblicos lograron cosas increíbles, como Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés, Josué, etcétera. Pero si analizamos bien el texto, las maravillas que estos personajes observaron, no se dieron solamente por visualizar, confesar con la boca y tener una actitud positiva. Al contrario, vemos que ellos OBEDECIERON mandatos de Dios que parecían locura, y CONFIARON en que Dios tendría algún propósito al pedir cosas que para ellos fueron difíciles, desafiantes y que les causaron una buena dosis de sufrimiento. A pesar de esto, ellos fueron fieles.
Pero lo más sorprendente de Hebreos 11, sin duda, son los últimos versículos, aquellos a los que ya no nos gusta llegar:

¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada; siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección; (HASTA AQUÍ TODOS DICEN “AMÉN”???) y otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y hasta cadenas y prisiones. Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada; anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados (de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros.
Hebreos 11:32-40

Sí, sí, por la fe muchos vieron milagros impresionantes. Pero POR LA MISMA FE, OTROS SE ENCONTRARON CON POBREZA, DIFICULTADES Y SUFRIMIENTO. Esta fe permitió a personajes como Pablo, Pedro y al resto de los apóstoles, por citar un ejemplo, a seguir confiando en Dios, obedeciéndole y amándole aunque las cosas no vinieran fáciles. Sin embargo, hemos perdido el enfoque de lo que es realmente fe ante cualquier situación. Como nos hace falta fe, le pedimos lo que nos pueda hacer sentirnos seguros, como dinero, salud, estabilidad. Nos hace falta fe para vivir confiados en Dios aunque nos hicieran falta esas cosas.

CONCLUSIÓN

Con el paso del tiempo hemos confundido nuestra actitud positiva con la fe en Dios. Utilizamos mal la fe pensando que sólo sirve para obtener cosas que parecerían buenas. Pero como hemos visto, la fe tiene una esencia mucho más grande, más profunda: la de ser fiel, la de ser leal a Dios. Tener fe es enfrentar cualquier situación para poner en alto el nombre del Señor, como dice el evangelio de Juan, debemos menguar nosotros para que Dios sea el que crezca. Es incorrecto pensar que fe es simplemente creer en lo que yo quiero tener, con una actitud positiva, porque si preferimos nuestra fe en las cosas antes que la fe (que es fidelidad) en Dios, estamos perdiendo el tiempo. Dios no va a conceder algo que no está en Su voluntad, y mucho peor si se trata de un capricho. Y si lo cumple, ¡no será tan sencillo! Será para aleccionarnos como sucedió con el pueblo de Israel en el desierto.

Comieron y se hartaron, pues Dios les cumplió su capricho. Pero el capricho no les duró mucho: aún tenían la comida en la boca cuando el enojo de Dios vino sobre ellos: dio muerte a sus hombres más robustos; abatió a la flor y nata de Israel.
Salmo 78 39-31 (NVI)

Tuvieron apetitos desenfrenados en el desierto, y tentaron a Dios en las soledades. El les concedió lo que pedían, pero envió una plaga mortal sobre ellos.
Salmo 106:14-15

¿Qué es tener fe en Dios? Es descansar 100% en Él, tener la certeza de que todo lo que vivimos es para nuestro bien, es para mejor. Tener fe es obedecer a Dios, serle fieles, estar dispuestos a renunciar incluso a la vida misma por Dios. Se necesita más fe para renunciar a las cosas de este mundo que para creer en que Dios te las puede dar. Se requiere más fe para negarse a uno mismo. Se necesita más fe para vivir confiado en Dios a través de la enfermedad, que para sanar. Pedro tuvo fe pero también falló, su error fue dejar de ver al Señor y concentrarse en querer caminar sobre el agua en medio de la tormenta. Tuvo miedo de las circunstancias y se sintió inseguro.

¿Estamos dispuestos a experimentar lo que pasaron los héroes de los últimos versículos de Hebreos 11? ¿Alguna vez has tenido fe en que algo así te pase? El objetivo a lo mejor tampoco sea ese, pero si tienes que pasar eso por Dios, y lo haces, recibirás el galardón del que habla en el versículo 6 de Hebreos 11. Cuando el don de fe está en nosotros, podemos darnos cuenta de que todo lo que pasa en este mundo efímero no se compara con lo que nos espera.


Nos gustaría terminar con una cita de Ricardo Gondim, que define perfectamente lo que es una fe bíblica: “Me atrevo a redefinir lo que es fe. Fe no significa capacidad para anticiparse a las contingencias de la vida. Fe es el valor de creer que los valores, principios y verdades propuestas por Jesús de Nazaret son suficientes para enfrentar la vida con todo lo que ella nos traiga, de bueno y de malo”.


Te animamos a que busques la verdadera fe del Evangelio, que la puedas experimentar y así darle honra a Dios con tu vida, confiando en Él, siéndole fiel, descansando en su Palabra. La verdadera fe se entrega a la voluntad de Dios sin exigirle satisfaga nuestros caprichos y sin hacer berrinches mientras zapateamos por las cosas que pensamos que son buenas para nosotros... Dios tiene lo mejor para ti, conoce lo que necesitas y lo suplirá. Lo crees? Dios te ama tanto que incluso te consentirá y te dará los anhelos de tu corazón que no contradigan a su voluntad. Lo crees? Entonces confía... obedece... sé fiel... El resto lo hará el Señor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es super el tema,nosotros muchas veces x falta de Fe no logramos a realizar el propósito q Papito Dios tiene para nuestras vidas. Una vez más nos quitan las vendas de nuestros ojos para ver más allá de la realidad.Debemos de llenarnos de Fe como lo fue Abraham,Moisés y otros siervos más de Dios.Ellos hicieron la voluntad de Dios xq sabían q El era,es y será el único camino que nos lleva a la verdad. No conocemos a Dios en persona,pero creemos que El vive en nuestros corazones.Eso es Fe. Tener la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.
Dios bendiga a los que han hecho posible que sea de bendición esta página Web para nuestras vidas. Saludos en especial para mi amiguita Mariqui. Sigan adelante hacia la gran meta,para que muy pronto digan he terminado la carrera. Pa delante siempre.

ATT: Miosotty Suntaxi B.

juan dijo...

muy,muy muy bueno este tema,me a aclarado muchisimas cosas reverente a la fe en Dios,esque hoy en dia se manipula a la gente hablandoles una fe que no es enseñaza de Dios....sigan publicando las verdaderas enseñanzas de cristo...Dios les continue bendiciendo.

Poli 40 dijo...

espero que estas palabras me cambien la vida y pueda ser feliz de verdad todo lo pongo en las manos de mi SEÑOR DE MI DIOS
GRACIAS DE CORAZON POR TODO DIOS LOS BENDIGA A TODOS

Anónimo dijo...

Excelente estudio. Muchas veces nuestra percepción de la fe ha sido errada. La fe se refleja no tanto por lo que hayamos recibido de Dios, sino por aquello que dejemos o estemos dispuestos a dejar por causa de nuestro Señor y por creer en su palabra. Muchos han entregado hasta sus vidas por su fe.

Anónimo dijo...

Me cuesta mucho trabajo no tenerle miedo a las circunstancias que se vislumbran cuando hay tanto problema. Me cuesta mucho trabajo renunciar a situaciones que parecieran simplemente de una vida digna. Sé que no son caprichos, pero también sé que son apegos. Y también sé que solamente con la ayuda de El, mi Dios, podre soltar lo que no tengo pero sí deseo. ¿donde tengo puesta mi confianza?, ¿En quien? Me fue de gran ayuda este material. Gracias